La economía nacional alrededor de 1879

No es desconocido para ningún boliviano o boliviana que el conflicto marítimo tuvo su causa en intereses comerciales de explotación de recursos naturales, por ello me permito escribir, sobre la base de artículos históricos (entre ellos los de Sergio Guerra Vilaboy; Alfonso W. Quiroz Norris; Heraclio Bonilla y Ascensión Martínez Rjaza), algunos detalles de la economía de ese tiempo.

Alrededor de 1879 la economía interna tenía una estructura productiva frágil, basada en la producción agrícola y solamente de consumo interno. Mientras que en el mercado internacional el único rubro de exportación era el del oro y la plata, de los productos agrícolas se exportaban solamente la quina y la coca hacia el Perú. En cuanto a las importaciones, estas llegaban de Europa, sobre todo de Inglaterra, y eran básicamente tejidos y telas; entraban al país por dos rutas: Buenos Aires y el puerto de Arica.

En este contexto, el gasto público estuvo financiado por las siguientes fuentes: 1.- El tributo colonial impuesto a la población indígena, encargada de la producción agropecuaria y la que asumió todos los costos de funcionamiento del Estado. 2.- La producción y exportación de minerales, considerando que a partir de 1850 renace en Potosí (1850), Huanchaca (1865), Guadalupe (1875) y las minas de Caracoles, en el Desierto de Atacama. 3.- El cobro de impuestos que pagaban los productores de plata en los Bancos de Rescate. 4.- El cobro de impuesto al movimiento de mercancías en el puerto de Arica y en el puerto de Cobija (ingreso no significativo pues la recaudación era compartida con la aduana del Perú y, en el caso de Cobija, el puerto era geográficamente aislado por lo que generaba una mínima actividad de comercio).

Cuando se descubrieron los yacimientos de salitre y se fundó el puerto de Antofagasta, hubo una inyección de capitales extranjeros: franceses, alemanes e Ingleses, por lo que la explotación de este recurso quedó en manos de concesionarios privados, la mayoría chilenos y británicos. En 1872 nació la “Compañía de Salitre y Ferrocarril de Antofagasta”, de origen chileno, que consiguió generosas concesiones del Gobierno boliviano a cambio de 10.000 pesos y la construcción de infraestructura (caminos y depósitos de agua).

En base a la explotación del salitre y de la plata de Caracoles surgió un movimiento comercial en la costa del Pacífico que promovió la apertura de entidades financieras. En Chile había siete bancos en 1857 y el número se incrementó a once en 1879, mientras que en Bolivia el Banco Nacional de Bolivia fue fundado en 1871.

Bajo el control de la producción de los recursos naturales a favor de las concesionarias se agudizó el déficit del presupuesto público que, sumado a la caída estrepitosa de las exportaciones de plata y el crecimiento de la deuda externa (8 millones de dólares), obligó a los gobernantes a tomar la decisión de retirar las concesiones de Antofagasta y el 14 de febrero de 1878 la Asamblea Nacional de Bolivia, reunida en Chuquisaca, gravó las exportaciones de la Nitrate and Railroad Company of Antofagasta, que operaba en territorio nacional con un impuesto de diez centavos por cada quintal de caliche que embarcara; la negativa de pagar desató la guerra.

Después del conflicto bélico la economía nacional sufrió un decremento en las exportaciones de plata y una disminución en las fuentes de ingreso público, pues ya no se tuvo soberanía en la costa del Litoral. Lo único que quedó fue el derecho de libre tránsito de bienes y mercancías bolivianas por cualquiera de los puertos chilenos del norte.

Actualmente la mayor parte de las exportaciones salen de Bolivia por territorio chileno en tres rutas conocidas: Apacheta-Antofagasta; Antofagasta-Ollague-Uyuni; Arica-Charaña-Tambo Quemado. Además, en el período 2007-2016 las exportaciones hacia Chile acumularon un total de $us 1.095 millones, en tanto que las importaciones sumaron $us 3.605 millones, dejando un saldo negativo de $us 2.510 millones.